
03 Nov Vender la casa, no la mascota
Tener una mascota en casa implica ciertas servidumbres y obligaciones, y por supuesto hay que tener en cuenta algunos aspectos a la hora de vender la casa. Lógicamente depende de la mascota, no es lo mismo un mastín en un piso de 90 metros que un canario en un chalet de 4 plantas.
Tener animales en casa, para mí, es una alegría y proporciona grandes satisfacciones. Abajo podéis ver lo que parece un reportaje fotográfico de una granja escuela y en realidad es una muestra de algunos de los animales que hemos tenido, y los hay que aún viven con nosotros. Pero el detalle importante es el «para mí».
Hay personas, y algunas de ellas compran casas, que no les gustan los animales. Otras tienen un miedo terrible a los perros, algunas son alérgicas a los gatos, y cuando vamos a enseñar una casa, esto hay que tenerlo en cuenta.
Igual que no es aconsejable mostrar una habitación con las camas sin hacer, o una cocina justo después de haber hecho un cocido para 15 personas y no haber recogido, enseñar un salón de 20 metros con un gran danés o un cuarto con una viuda negra aunque esté en una pecera puede salir fatal.
La solución suele ser sencilla. La hora de la visita es ideal para que el gran danés estire las patas, la viuda negra puede permanecer tapada con un bonito pañuelo un ratito, y el gato puede estar en brazos de la dueña en un lugar discreto durante el paseo de los posibles compradores.
No podemos juzgar miedos irracionales, alergias, gustos o preferencias, lo cierto es que eso no es justo, y al fin y al cabo, nuestro objetivo es vender la casa.
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