
28 Nov Cuando no se puede valorar un inmueble
Pues sí, hay inmuebles que no se pueden valorar. Tenemos definiciones oficiales, la ECO 805, y un montón de tecnicismos que nos permiten valorar, pero hay casos en los que no nos sirven. Tenemos el clásico de lo de que las cosas valen lo que alguien está dispuesto ha pagar por ello, eso en sí es de perogrullo. Pero hay ocasiones en que no hay nadie, pero nadie, que quiera el activo que se pone a la venta, ¿y cuánto vale eso? Pues no mola, pero vale exactamente lo que pague el primero que pase por allí y se interese, ni más ni menos.
Lo podemos intentar disfrazar, podemos refunfuñar lo que queramos, le podemos haber puesto el precio que nos dé la gana, pero si conseguimos que alguien se interese por ello, el precio que ofrezca no solo está bien, es que está fantástico. Y claro que es lícito pensar en un primer momento que lo estás regalando. Pero solo en un primer momento, porque después de una mínima reflexión, no se regala nada, se ha tenido la suerte de encontrar a una persona (que no es tonta), a la que en un precio determinado le puede convenir un activo que nadie más quiere, por el motivo que sea. Agradéceselo a Dios, a tu agente inmobiliario, al universo, y vende.
Cuando me toca un caso así tengo mi metodología, mi estrategia de precios, mis plazos, y cómo siempre, todo ello adaptado a las circunstancias personales o empresariales, porque está situación no quiere decir que con hacer dos fotos y un anuncio ya nos vale y a esperar. Y tampoco tomemos literal lo de «lo primero que nos ofrezcan», no es tan simple obviamente, es una dramatización basada en hechos reales.
Sin abejas no hay flores, sin oídos no hay música, y sin demanda, amigo, no hay oferta que valga.
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